Todo estaba preparado para una fiesta de River en el Monumental. Con el regreso del hijo pródigo Javier Saviola compartiendo el ataque con el capitán e ídolo del club Fernando Cavenaghi y el juvenil Lucas Boyé, más la clase de Lucho González lista para ingresar a sumarse a la fiesta desde el banco de suplentes. Con un equipo titular conformado por nueve jugadores surgidos de las inferiores. Y empezó estupenda la fiesta con el Conejito Saviolapicante y con Ramiro Funes Mori haciendo un golazo de tiro libre que rememoró a las épocas de Daniel Alberto Pasarrella- como jugador no como dirigente está claro-. Pero apareció Temperley, el rival, y enfurecido ante la mesa servida, hizo volar los platos del festín por los aires, encontró las debilidades del festejante y empañó la fiesta con un empate.
El equipo de Marcelo Gallardo se notó superior desde el primer minuto. Los visitantes se reconocieron inferiores, defendieron con diez jugadores en su campo todo el partido y apostaron al contragolpe. Pero no por eso resignó las posibilidades de conseguir un buen resultado. River se puso en ventaja con el majestuoso tiro libre de Funes Mori, el mejor jugador del club local y Temperley reaccionó rápido aprovechando la velocidad de Esparza a espaldas de Augusto Solari para marcar el gol ante el achique poco efectivo de Julio Chiarini.
River había demostrado en el inicio del primer tiempo ambición para quebrar el duro planteo ideado por el técnico de Temperley, Ricardo Rezza. Sin embargo después del 1 a 1 cayó en un pozo del que nunca se pudo levantar. Sin presencia fuerte en el área con Lucas Boyé demasiado abierto por izquierda, con Saviola casi sin pisar el área por el costado derecho y con Cavenaghi con poco contacto con la pelota, el equipo extrañó a un enganche yMatías Kranevitter se vio condicionado al tener que ocuparse tanto de los relevos defensivos como de iniciar los ataques e intentar hacerlos profundos.
Tan desilusionante era lo de River que Gallardo a los quince del segundo tiempo quemó los tres cambios de una. Salieron Solari, Cavenaghi y Boyé, tres de inferiores e ingresaron a los surgidos en Huracán, Luis González y Gonzalo Pity Martínez más el refuerzo proveniente de Colón Lucas Alario. Los resultados fueron nulos. Lucho, el ex jugador del seleccionado argentino sintió la falta de precisión producto de mucho tiempo sin fútbol y perdió muchas pelotas, Pity no le sacó el jugo a sus buenas gambetas y Alario se fajó con los centrales y reclamó algún penal.
A pesar de los cambios, la única jugada de riesgo a favor del Millonario en los minutos finales volvió a estar en los pies de Funes Mori que se animó y le pegó desde lejos pero esta vez el arquero le ahogó el grito de gol. Así se fue el partido, con Temperley más peligroso en las contras que River con la pelota. Ahora se viene la prueba de fuego, probablemente sin o casi sin los refuerzos entre los titulares, este martes frente a Guaraní por la semifinal de la Copa Libertadores.