El sueño es realidad. El Cele fue puro corazón y con agónico gol de Rojas a los 91 minutos venció 1 a 0 a Platense. En los penales, Crivelli logró su consagración histórica, deteniendo dos penales. Fiesta, locura y alegría. El Gasolero, a la B Nacional.
Ascenso de Temperley a la B Nacional
*Por Mauro Spinassi
Un recibimiento pocas veces visto. Emoción por definición, en su máxima expresión. Colores, gritos, aplausos y papelitos. Miles de almas demostraron, una vez más, porque Temperley es el más grande del Sur. El Alfredo Beranger se colmó de hinchas y pasión. Formidable marco, incomparable con cualquier otro espectáculo visto en la categoría en un largo tiempo. El motivo: el Cele enfrentó hoy a Platense, por la vuelta de la final del Reducido, con el segundo ascenso a la B Nacional en juego.
El Gasolero comenzó dominante y agresivo, apremiado por su obligación y necesidad de revertir el 1 a 0 en la ida, aunque sin demasiada claridad. El Marrón respondió con fricción, cortando el circuito ofensivo mediante acciones ilícitas, a veces demasiado violentas. Fabián Sambueza, activo, se presentó velozmente como el jugador fundamento de cada avance, elegante con el balón, aunque luego se diluyó. Por su parte, Luis López, con remates de media distancia e incluso con presencia en el área, fue el primero en inquietar el arco defendido por Claudio Flores. Los juveniles del club, Darío Salina y Patricio Romero, junto a Adrián Arregui, protagonista por su correcto manejo, volvieron a hacer gala no solo de sus aptitudes futbolísticas, sino de su personalidad, con sus respectivas sobrias performances, presionando, corriendo y presentes en el desarrollo en sí.  Pero más allá de esos buenos rendimientos individuales y el sacrificio compartido que nucleó a todo el equipo, al Cele le costó llegar con peligro.
A los 30 minutos, Temperley generó su primera situación realmente seria. Carlos Ramos envió un buen centro que López conectó de cabeza y asistió inteligentemente, haciendo una gran lectura de la jugada, a Arregui, que penetró el área y remató con fuerza, pero Flores rápidamente achicó el espacio y rechazó tranquilamente. Platense, que supo cerrarse muy bien en defensa y fue correcto tácticamente, tuvo su deuda pendiente en ataque.  Un remate de Quiroga, en tiro libre, cómodamente atrapado por Federico Crivelli, a los 35 minutos, fue la única aproximación en toda la primera mitad. A los 42, tuvo lugar la chance más clara: luego de un avance relativamente desprolijo, la pelota quedó en los pies de López, en la puerta del área, de frente al arco, posición inmejorable, pero El Animal no definió con la potencia y dirección necesarias, y Flores contuvo sobriamente.
Un aspecto destacable de la etapa inicial fue la poca severidad del árbitro Ignacio Lupani, quién no sancionó diversas infracciones, ni castigó de forma adecuada otras tantas faltas, aunque sin incidir en el resultado. El 0 a 0 encontró explicación en la seguridad estructural defensiva del Calamar, planteada astutamente por Sebastián Méndez y ejecutada a la perfección por sus dirigidos, y la escaza profundidad de Temperley, impreciso en los metros finales, aunque nunca perdió su insistencia.
El complemento dio inicio con un contratiempo para el local: López, goleador de la temporada, se retiró lesionado y fue reemplazado por Gastón Corado. El conjunto de Vicente López, mientras tanto, creció en posesión y criterio, razón por la que Gastón Aguirre logró lucimiento personal, con recuperaciones importantes y salidas certeras. Como era previsible, el transcurso de los minutos se convirtió en otro adversario para Temperley, que se fue alejando del arco, por las complejas circunstancias del juego.
Recién a los 67 minutos, el orden defensivo de ambos equipos sufrió su primera grieta. Primero, con un ataque protagonizado por Daniel Vega, quién con una muy buena acción individual se desprendió de su marca y quedó frente a Crivelli, en la puerta del área, pero el arquero rechazó con sus pies su sutil remate. Esa acción generó una peligrosa contra del equipo adiestrado por Ricardo Rezza, que nació en Fernando Brandán y concluyó con un centro de Sambueza que superó a Flores y Maximiliano Barreiro despejó en el área chica. Y a los 75, Temperley casi encuentra el gol: un correcto centro de Di Lorenzo fue desviado por Walter Gómez, quién estuvo a punto de convertir en valla propia, pero Flores voló formidablemente para despejar el balón. El Marrón respondió con una llegada de igual peligro. Vega ganó posición en ataque y definió maravillosamente, de embocadilla, pero Crivelli retrocedió a pura velocidad para sacar la pelota en la línea con la punta de sus dedos.
El Cele siguió en busca de igualar la serie, con el corazón en la mano. Y a los 82, casi lo consigue. Un centro envenenado de Arregui fue conectado de cabeza por Brian Cucco, en la puerta del área chica que se fue apenas desviado. En caso de haber ido para el arco, habría tenido destino de gol, ya que Flores había quedado parcialmente descolocado. Pocos instantes después, el propio zaguero gasolero fue expulsado por una aparente agresión física a un rival.
Cuando todo parecía perdido, se desató la locura. Con un jugador menos, llegó el desahogo. En descuento, a los 91 minutos, un avance irregular, desprolijo, tras un despeje defectuoso, sin importar de que manera, cayó en el pie de Ariel Rojas, esa joya de inferiores que Rezza le dio terreno, y el delantero convirtió el gol de su vida. El juvenil con un soberbio remate, plegado de calidad y con una serenidad propia de un legendario artillero de mil batallas, definió sobre Flores y el Beranger se llenó de gol con un grito sagrado. Por amor propio, con todo su ser, el Cele llegó a los penales.
Primero pateó Sambueza, y Flores detuvo con tranquilidad. Tense tuvo la chance de ponerse en ventaja en los pies de Rodríguez, pero Crivelli voló impecablemente y rechazó el buen disparo. Corado abrió la serie y Páez igualó, ambos fulminando a los goleros. Di Lorenzo volvió a poner al local en ventaja  y Rezzónico, posteriormente, falló su penal. Cristian Quiñonez tuvo la chance de estirar la serie, pero Flores volvió a desviar el balón. Pansardi volvió a empatar la definición, con una gran ejecución. Crivelli, desvío de Flores, por medio, marcó ventaja una vez más. Vega, en el quinto penal, y con gran presión estableció el 3 a 3. En el 1 a 1, comenzó Arregui con un muy buen gol y Molina también cumplió. Rojas, el héroe de la noche, reafirmó su consagración poniendo al Cele una vez más arriba. Y llegó el último. Humberto Vega tomó distancia y pateó. Crivelli. Crivelli. Mil veces Crivelli. Una y otra vez. Crivelli para siempre. L a arquero voló y se quedó con la pelota y el ascenso. Pelota en mano.
La gloria. Las lágrimas. El premio que el club merece. Temperley ascendió. Sí, el Cele, después de 15  años, volvió. Con el corazón. Con todo. Demostrando su grandeza. El Sur es una fiesta. El Gasolero lo logró. El sueño es realidad. La fiesta del año. De la década. De la vida. El Beranger como nunca. Como siempre. Salud, Temperley.
*Por Mauro Spinassi para www.temperley.org.ar
Ph: Guillermina Payero