martes, 4 de marzo de 2014

TODO X TEMPERLEY - CRÓNICA SOBRE COLEGIALES 1 / TEMPERLEY 2 - 4/3/14

UN TRIUNFO PARA ELEVAR EL ÁNIMO

Por su efectividad y algunas actuaciones destacadas (Gastón Aguirre, Adrián Arregui), Temperley volvió al triunfo frente a Colegiales. Mejoró respecto de partidos anteriores, pero no le sobró nada.

Por su efectividad y algunas actuaciones destacadas (Gastón Aguirre, Adrián Arregui), Temperley volvió al triunfo frente a Colegiales. Mejoró respecto de partidos anteriores, pero no le sobró nada.

A los cinco minutos, gracias a una magistral pegada desde el córner de Minadevino y el posterior cabezazo de Cucco, Temperley ganaba uno a cero. Nada mejor para aprovechar ese envión y, en una cancha de reducidas dimensiones, comenzar a mover la pelota, a tratar de generar juego para armar un contraataque letal y definir el pleito.

Lejos de eso, el Cele apostó mayoritariamente por el pelotazo para los solitarios Corado y López. En cancha chica, el pelotazo beneficia siempre a los defensores. Y así sucedió. Ni Minadevino ni Sambueza (que fue el enganche en el 4-3-1- 2 que ensayó de entrada Ricardo Rezza)  se hicieron dueños del balón. Entonces, con sus enormes carencias, pero con voluntad, Colegiales fue a buscar el empate con una fórmula única: centros al área que, una y otra vez, fueron despejados por Gastón Aguirre , de impecable actuación, figura de su equipo y de la cancha.

El local tuvo chances clarísimas, pero la increíble impericia de sus jugadores hizo que las fueran dilapidando progresivamente a lo largo del partido.

Adrián Arregui, que comenzó jugando por la banda derecha, pasó luego a la izquierda y hasta alternó por el centro del mediocampo, tuvo un promisorio y destacado debut. Disciplinado, sobrio y seguro, mostró pasta y personalidad. Puede ser el equilibrio que Temperley necesita en una zona en la que varios de sus puntales están con muy bajo rendimiento.

Otro déficit volvió a ser la falta de juego. No convence que con la calidad de jugadores que tiene, el equipo no pueda marcar la diferencia de jerarquía ante uno de los rivales más limitados que le ha tocado enfrentar. El que, merced a otro ataque de amarretismo futbolístico (jugar con cuatro volantes de marca, sin ningún creativo en cancha) y a una de las tres equivocaciones inusuales que tuvo Crivelli (que derivó en un penal del propio arquero), permitió que Colegiales le empatara el partido desde los doce pasos.

Amenazaba terminar como una película conocida para los hinchas celestes, cuando Maggiorini, en la puerta del área, hizo la pausa, envió un magnífico pase a espaldas de la defensa visitante para Corado, a quien el arquero Matinella derribó dentro del área.

Herrera (que rindió muy bien los pocos minutos que jugó) lo cambió por gol con una ejecución sutil, propia de un goleador: frío y calculado remate al poste izquierdo de un arquero que eligió el derecho.

El triunfo sirve, y mucho, para apuntalar anímicamente a un plantel que venía golpeado y cuestionado por las duras derrotas ante Fénix y Tristán Suárez. No es para descorchar champagne, pero permite trabajar con más aire en la búsqueda de ese juego que Temperley supo tener y del que hoy carece.

Depender sólo de la lucha o del azar de un pelotazo capturado por los delanteros es un riesgo demasiado grande, en un fútbol en el que, por lo general, la diferencia la marcan los equipos que se atreven a jugar. Temperley tiene un plantel capacitado para hacerlo. Será cuestión de empezar a creer en las virtudes propias.

El triunfo en Munro puede ser un buen punto de partida.

Por Carlos Algeri

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