TODO X TEMPERLEY - CRÓNICA DE ESTUDIANTES 3 / TEMPERLEY 2 - 23/3/14

23 de Marzo de 2014 OTRA POBRE ACTUACIÓN Dejando una imagen decepcionante, a pesar de la remontada, la derrota de Temperley contra Estudiantes reabre los interrogantes de un equipo sin brújula futbolística y con una táctica de juego inapropiada. Perder contra un equipo limitado como  Estudiantes de Buenos Aires debe preocupar, más allá de las estadísticas (el equipo de Caseros hacía nueve partidos que no ganaba, habiendo perdido siete de ellos en forma consecutiva), fundamentalmente porque fue paupérrima  la propuesta de Temperley. Inseguro en defensa, con un mediocampo que jugó la mayor del partido parte en línea (¿me pueden explicar por qué y para qué?), sin un conductor, y con delanteros que recibíanladrillazos en lugar de pases, es muy difícil imaginar algo que se parezca a un dibujo táctico acertado para ganar un partido. Hablar de una línea de juego es adentrarse en terrenos utópicos. Ricardo Rezza, en un –para mí- inexplicable enroque, decidió dejar afuera a Arregui, colocar a Jara como delantero, y volver a encerrar a Brandán contra la banda derecha y a Minadevino por  la izquierda, en un intento por otorgarle mayor poderío ofensivo al equipo. Consecuencia: el medio se desbalanceó, porque a pesar de que Brandán es pura entrega, su brillo aparece cuando la pelota está en su poder, no cuando está obligado a recuperarla y –además- intentar jugar. Minadevino, por su parte, no parece cómodo en esa función. Una incomodidad que a veces linda con la displicencia. Lo que Temperley no podía lograr se lo facilitaron dos defensores de Estudiantes. Gásperi primero le obsequió el gol a López, y luego fue Montero quien tuvo la gentilezaimpensada de regalarle la posibilidad a Jara. Ningunas de las jugadas terminó en gol. Estudiantes fue más agradecido ante los regalos defensivos del rival, agradeció y  aprovechó las primeras dos  y se puso arriba en el marcador con una cifra que parecía lapidaria. Sobre todo porque después de señalar  el penal que marcaría la ventaja inicial, el impresentable árbitro Américo Monsalvo expulsó indebidamente a Crivelli,  por entender que le cabía la aplicación de la ley del último recurso. Hay dos posibilidades: Monsalvo no conoce el reglamento o decidió no aplicarlo como corresponde. Con el segundo gol del Pincha, el partido olía a liquidado, sobre todo porque el Cele no hacía pie en ningún sector, y el local le manejaba la pelota en toda la cancha. En contraste con el ganador, que deambulaba sin ideas ni propuestas. El golazo de Nieto se tomó con una bajada de persiana para el partido, que hubo que repensar con el descuento de Quiñónez (otro jugador que no se entrega nunca) y después con el penal que convirtió López. Esos dos estiletazos celestes fueron suficientes para sembrar de fantasmas al equipo de Caseros. De pronto, retornaron los miedos para el Picha, pero en el visitante los pocos que se rebelaron estaban extenuados físcamente. Extrañamente, el Cele tampoco quemó las naves en los últimos minutos. No le tiró encima el peso de la camiseta a un rival asustado y dubitativo, que en diez minutos tembló como nunca en el partido ante la posibilidad del empate. Hay mucho para trabajar y mejorar.  La declamada solidez defensiva brilla por su ausencia, el mediocampo necesita un reordenamiento urgente con escalonamientos propios de la jerarquía de jugadores que tiene este plantel, y en la ofensiva es impensable que Brandán y López tengan que autogestionar sus jugadas: hacerse de la pelota, armar la jugada y definirla. Es verdad que aún falta un buen tramo de campeonato. Pero también lo es que, mientras la mayoría de los candidatos hacen los deberes, Temperley sigue dejando pasar el tren. Por Carlos Algeri NOTA ORIGINAL EN LA WEB