TEMPERLEY FUE QUIEN MAS CAMBIO EN UN TRAMITE POBRE
Aquel que supo cambiar, al menos un poco, se quedó con la
victoria. Y ese fue Témperley, que una actuación desteñida donde evidenció poca
o nula capacidad de definición, derrotó a un Platense, que asemejó más armónico
al comienzo, pero terminó hundido en un océano –mar es poco- de errores y
desórdenes. Quién llegó al “Alfredo M. Beranger” en el segundo tiempo, o se
cruzó haciendo “zapping” por televisión con el partido Témperley – Platense, en
ese mismo lapso, indudablemente no podrían creer lo que le comentasen sobre los
deprimentes e insípidos, inoloros e incoloros primeros 45 minutos. Fue el reino
del revés, del error, de la imprecisión. Dos formaciones que ni se prestaron la
pelota, como a veces se dice. Se la tiraron y devolvieron, cual partido de
tenis, donde ambos contendientes se cargan de errores no forzados. Dentro de
ese oscuro y denso panorama, el “Calamar” había mostrado buen pie y erigido a
Crivelli en la figura relevante, con buenas intervenciones, especialmente en un
remate al comienzo de Mattos, que desvió al córner, aunque algunas jugadas
duras que resultaron perjudicados sus integrantes más capaces –ejemplo,
Olivares-, fue poniendo coto a sus inquietudes, y pudo Témperley intentar –no
paso de un mero intento- alguna jugada, que pos supuesto, estuvo negada por la
imprecisión, el pelotazo sin tino, y la entrega sin lectura del juego, que solo
en dos remates de López, uno atajado por Flores y el otro desviado, y en un
desborde de Miramontes por izquierda, tras combinar con Quiñones y Frejuk
–alguien que cumplió en su debut sin desbordes, pero sacando el riesgo y
anticipando cuando le fue posible-, su centro fue desviado apenas por Flores y
Pansardi, que llegaba, pareció sorprenderse de la equivocación del arquero y la
tiró afuera. Para completarla López y Talin, se enredaron, insultaron y
amagaron golearse, y el árbitro Pablo Dóvalo fue salomónico: los dos afuera y
ahora diez contra diez, la situación pareció nublarse aún más, ya que las ideas
no existían. No escaparon los instantes iniciales del complemento a ese turbio
argumento, de desorden, pero lentamente pareció que ambos comenzaban a moverse
con mayor fluidez, especialmente el “Gasolero”, que comenzó a encontrar algunas
fisuras en la defensa visitante, y aunque siguió privando la equivocación en
pases y definiciones, estuvo más próximo a Flores, que la vista a la “Pantera
Rosa” Crivelli. Además creció Aguirre en la zaga local, apareciendo con
oportunidad para rechazar, y lo respaldó Ferreira, mientras Manzanares,
olvidado de perseguir y derribar rivales, se proyectaba para mostrarse como
chance, y así, tuvo una tras una cesión de Miramontes, que apareció muy poco,
pero estuvo en los pases decisivos, y su centro atrás lo conectó Pansardi, otra
vez sin puntería, y luego, en una infracción mixta entre Pansardi y Barreiro,
resulta sancionado el lateral visitante, y de ese centro de Miramontes,
aparecen libres y oportunos Gianunzio y Manzanares, y este último decreta la
apertura del marcador. Ese hecho modificó aún más el desarrollo del cotejo, que
creció en despliegue y emotividad, aunque siempre con ideas mezquinas, y tuvo
Témperley, ante el desorden progresivo de Platense en su estructura, claras
opciones, que en dos veces motivaron goles anulados por posiciones fuera de
juego de Giménez –que reemplazó a Frejuk- y González –reemplazante de
Campodónico- y en otras el propio González –sorprendido adelantado por no mirar
la posición defensiva-, Pansardi y Fariña –relevo de Miramontes-,
desperdiciaron el golpe definitivo, aunque también Flores se lució en una
intercepción ante Pansardi. Además fueron acertados los cambios: Giménez
administró el juego, aún con errores; Fariña, fue a cortar en campo del vencido
y González, aunque prisionero del fuera de juego, aportó dinámica por todo el
frente de ataque. Platense solo llegó en un cabezazo a quemarropa de su zaguero
central, Peralta, que otra vez evitó Crivelli, que se enojó con sus defensores,
y sobre el final, Peralta marcó un gol que resultó invalidado por su notoria
posición prohibida. Por lo del segundo tiempo, buen triunfo de Témperley,
segundo sucesivo en el “Berenguer”, pero mostrando que requiere trabajo y
ensamble hacia el futuro. Por ahora que sume el segundo triunfo sobre Platense
en casi una década –recordemos el 3-1 en marzo de 2006 cuando era técnico
Salvador Antonio Pasini, con goles de Ferreiro, Sadauskas y Costas, y González
en el mismo comienzo para Platense-, y que esto no sea un éxito aislado. Pero,
reiteramos, porque siempre hay un pero, no pueden desperdiciarse tantas
oportunidades propicias para definir un partido.
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